Divergir amplía la perspectiva, permite explorar nuevos terrenos y abre nuevas opciones.
Converger hace emerger la sabiduría colectiva y nos permite alcanzar decisiones y resultados concretos.
Un buen proceso de grupo combina cíclicamente los dos ritmos, así que decide meditadamente con cuál te comprometes en cada momento.
Es muy importante que en la vida de un grupo, especialmente -aunque no exclusivamaente- cuando se está en actividades de indagación creativa o gestión emocional (dos de los cuatro espacios sagrados de los grupos en los que opera la facilitación de grupos), haya momentos y procedimientos que permitan la exploración, la investigación de opciones, la emergencia de nueva información o sentimientos, de nuevas visiones, oportunidades… que amplíen, completen y consoliden el conocimiento que el grupo tiene de sí mismo y del entorno.
Y acto seguido (y aquí “acto” es un concepto cuya duración y definición dependen del diseño del procedimiento y del transcurso en la ejecución de dicho procedimiento) abre y sostén un momento o procedimiento para “cerrar”: enmarcar, visibilizar descubrimientos, sintetizar, organizar la información, resumir, asegurar el nuevo equilibrio emocional en el clima grupal, avanzar o llegar a conclusiones…
Bailad, 🙂 bailad al ritmo de la divergencia (abriendo) y de la divergencia (cerrando) que cíclicamente guían el trabajo del grupo.
Este patrón de la familia “Flujo” está especialmente incardinado en la indagación creativa y en la gestión emocional, es decir, en lo que hace un grupo para explorarse y explorar el entorno, de cara a definir modelos grupales, actuaciones y proyectos, a tomar decisiones posteriores, etc.
Decía que no es exclusivo sin embargo de esos dos ámbitos, aunque habrá que aplicarlo con cuidado y ciertos límites en los otros espacios sagrados:
- Gobernanza: es ideal que previo a la toma de decisiones se haya hecho un profundo trabajo de indagación y gestión emocional (en todo caso del alcance que el grupo considere necesario en función del tipo de decisión a tomar). Lo que no quita para que en una reunión o asamblea decisoria pueda haber debates de duración delimitada o turnos de consulta, chequeo de clima grupal o ronda de sentires, previamente al inicio de la parte informativa o decisoria, por ejemplo.
- Conexión y celebración: aunque éste es un ámbito festivo, de conexión social, de establecimiento de relaciones interpersonales y grupales, el patrón se puede aplicar de forma “más relajada” aunque muy potente. De hecho puede ser muy divertida su aplicación divergente (divertida y emergente) en juegos, bailes, teatro, improvisación, talent shows… que nos acerquen y nos unan (nos haga converger como grupo). Y en todo caso cuidando el verdadero sentido del encuentro de conexión y celebración, potenciando los resultados esperados.
Como siempre, y tal como he aprendido especialmente de mi mentor César Fernández: atento al feed back, es decir, prueba y observa si tu actuación como facilitador/a está respondiendo adecuadamente o no a la necesidad grupal, para mantener o cambiar de rumbo en la aplicación de éste (y en realidad) o de cualquier otro patrón.
¿Dónde te sientes más cómodo: convergiendo o divergiendo?
¿Qué momento recuerdas especialmente productivo o emotivo al converger o divergir en algún grupo?
¿Nos compartes tu experiencia?
En el video te cuento algo sobre cómo entiendo y siento este patrón grupal a partir de mis propias vivencias y aprendizajes. 🙂
+ sobre patrones grupales:
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